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Qué hacer en la montaña en caso de tormenta

Qué hacer en la montaña en caso de tormenta

La montaña ofrece infinitas posibilidades para divertirse, escapar de la rutina, afrontar nuevos retos o relajarse mientras se experimentan todo tipo de emociones. Se puede caminar, correr, andar en bicicleta e incluso surcar los aires; sin embargo, a pesar de su evocadora belleza, sigue siendo un entorno salvaje, remoto y a veces incluso hostil, donde nada se puede dejar al azar. Las condiciones meteorológicas, especialmente las tormentas y los vendavales, son algunos de los riesgos que hay que tener en cuenta al planificar una excursión. Leé nuestros consejos sobre cómo prever y afrontar el mal tiempo en la montaña, para disfrutar con seguridad de todas tus actividades al aire libre.

Preparación

La preparación y la capacidad de previsión son aspectos esenciales para una exploración segura de la montaña. Además de tener en cuenta las propias capacidades y objetivos, al planificar el itinerario hay que considerar las situaciones de emergencia en caso de empeoramiento de las condiciones meteorológicas. Antes de partir, comprobá las distancias entre las distintas etapas, si el desnivel es negativo o positivo, las condiciones ambientales y las variaciones del terreno, la señalización con los principales hitos, los lugares de reabastecimiento y suministro de agua, las opciones para acampar, así como las rutas alternativas o de emergencia y los lugares donde refugiarse en caso de tormenta. 

Además, acordate de meter en la mochila todo el equipo necesario para afrontar la ruta, sin olvidar el botiquín de primeros auxilios u otros elementos de seguridad. Una vez preparado todo, es hora de estudiar detenidamente la previsión meteorológica y planificar el viaje en consecuencia.

Para más información, te recomendamos leer nuestro artículo "Cómo preparar una excursión".

¿Por qué el tiempo es tan impredecible en la montaña?

Las cadenas montañosas pueden bloquear o canalizar las corrientes de aire, afectando su circulación y generando importantes cambios atmosféricos a escala local. Por este motivo, la meteorología alpestre es una ciencia muy compleja. A menudo, las condiciones meteorológicas pueden ser engañosas porque pueden cambiar drásticamente en poco tiempo. La topografía contribuye a la formación de corrientes ascendentes y nubes de tormenta, mientras que los picos a mayor altitud atraen los rayos eléctricos. De hecho, la probabilidad de ser alcanzado por un rayo es casi 50 veces mayor en la montaña que en el llano.

Las características topográficas específicas y las condiciones cambiantes de las zonas montañosas nos obligan a estar siempre alerta y a observar constantemente los fenómenos atmosféricos con un ojo crítico y atento.

Cómo consultar e interpretar el pronóstico del tiempo

Las previsiones meteorológicas se deben analizar geográfica y cronológicamente. Para predecir el tiempo de un día y lugar determinados, hay que fijarse la evolución de las condiciones meteorológicas durante los días anteriores, empezando por la macrorregión, pasando por la cadena de montañas particular y terminando por la zona concreta de tu interés. De este modo, podrás determinar la tendencia meteorológica general y comprender si te encontrás en una zona de alta o baja presión atmosférica, con condiciones meteorológicas seguras o, por el contrario, bastante inestables. En este último caso, vas a tener que consultar el pronóstico de la zona hora a hora.

Existen varias aplicaciones meteorológicas que ofrecen previsiones de viento y lluvia en tiempo real. Algunas de ellas, al igual que otras herramientas de pronóstico, pueden ser un poco complejas, por lo que es importante probarlas antes de salir a la montaña.

Estado alerta

Además de consultar el pronóstico, es esencial observar e interpretar las condiciones meteorológicas en tiempo real, prestando siempre mucha atención a los cambios del tiempo y manteniendo un "estado alerta".

Algunos fenómenos meteorológicos a tener en cuenta son:

  • Rápida caída de la temperatura.
  • Disminución repentina de la presión atmosférica en el altímetro barométrico.
  • Vientos crecientes con fuertes ráfagas.
  • Condiciones cambiantes del cielo, con cambios en el color y la forma de las nubes.

De la forma de las nubes se puede extraer mucha información útil, por ejemplo se puede detectar con anticipación la formación de peligrosos cumulonimbus. Estas nubes, con forma de yunque, se forman por la colisión de dos masas opuestas de aire. Pueden extenderse sobre un área de 5 a 15 kilómetros y van acompañadas de turbulencias y tiempo severo. Cuando se forma un cumulonimbus en el horizonte, hay que evaluar cuidadosamente la situación y actuar en consecuencia. Para calcular a qué distancia uno se encuentra de una tormenta eléctrica, basta con contar los segundos que transcurren entre el relámpago y el trueno. El sonido tarda unos tres segundos en recorrer un kilómetro.

Qué hacer en caso de temporal

Aunque, por supuesto, lo mejor es intentar no encontrarse en una situación de riesgo, en la montaña el mal tiempo puede sorprender a cualquiera. Así que aquí tenés algunos consejos sobre cómo protegerte durante una tormenta.

¡Que no cunda el pánico!

Apurarse y entrar en pánico provoca accidentes, así que procurá mantener (siempre) la calma. Aunque el riesgo de rayos es el principal peligro, las tormentas suelen provocar desprendimientos de tierra, caída de rocas y ramas, entre otras cosas, así que mantené los ojos bien abiertos y movete con precaución.

Lejos de los picos

Los rayos siguen la trayectoria más corta para alcanzar el suelo y, en consecuencia, impactan principalmente en cumbres y otros puntos elevados. Si estás en la cima cuando cae una tormenta, descendé lo más rápido posible evitando los puntos altos como crestas, árboles aislados, etcétera. Durante el descenso, aprovechá la protección de barrancos o depresiones.

Evitá las cuevas y cornisas

Las cuevas y cornisas atraen los rayos tanto como los picos y puntos elevados. Si estás bajo una cornisa, buscá una zona amplia y plana debajo de una pared de 5 a 10 veces tu propia altura, y mantenete a dos metros de la cresta rocosa. Si estás en una cueva, mantenete al menos a dos metros de las paredes y de la entrada.

Sólo los refugios tipo «jaula de Faraday», por ejemplo autos y estructuras con techos metálicos, bloquean los campos electromagnéticos y protegen contra los rayos. En las montañas, por lo tanto, a menos que puedas encontrar un refugio con techo de metal, puede ser incluso mejor permanecer al aire libre durante la tormenta que buscar refugio a toda costa.

Alejate de los objetos de metal

Bastones de trekking, grampones, termos de agua... Si llevás objetos metálicos, dejalos en el piso y alejate al menos 20 metros.

Aislamiento máximo entre tus pies y el suelo

Debido a que los rayos impactan el suelo, intentá minimizar el contacto con el mismo agachándote en posición fetal. Meté los dos pies en la mochila y agachate hasta que pase la tormenta, sin acostarse o ponerse de pie. Si estás con un grupo, alejate del resto para evitar que te alcance la corriente transmitida a través del suelo.

Máxima cautela

Una vez caído el rayo, el peligro (lamentablemente) no ha terminado del todo. Ahora toca volver al punto de partida. Esperá al menos 30 minutos después del último trueno antes de abandonar la zona. Es el momento adecuado para observar y evaluar la situación antes de elegir el camino de vuelta más adecuado. Después de una tormenta, la mala visibilidad, el terreno resbaladizo, los tramos intransitables, las crecidas de ríos y arroyos o los desprendimientos de tierra son sólo algunos de los obstáculos que podés encontrar.

Tampoco hay que subestimar el frío y el riesgo de hipotermia. Si llevás ropa seca en la mochila, cambiate rápidamente (es aconsejable llevar siempre una muda en una bolsa impermeable). No dejes de tomar agua para evitar el riesgo de deshidratación y conservar tu energía, preferiblemente ingiriendo líquidos calientes o a temperatura ambiente. Podés encontrar más información sobre la alimentación durante excursiones en nuestro artículo "Qué comer antes, durante y después de las excursiones".

Si el terreno es intransitable o la situación no te permite avanzar con seguridad (por ejemplo, en caso de lesión, frío, si te perdiste, etc.), no dudes en pedir ayuda y esperar instrucciones.

Todas las tormentas son potencialmente peligrosas, pero en zonas montañosas aisladas y con un terreno difícil, el riesgo aumenta. Por lo tanto, antes de salir a la montaña, es importante saber cómo predecir el riesgo de tormenta y evitar las zonas de riesgo en las que no esté claro cómo evolucionará el tiempo. A lo largo de la ruta, controlá el tiempo y la distancia restante teniendo en cuenta tu energía disponible, tus habilidades y las condiciones meteorológicas, para tener una experiencia agradable y sin preocupaciones.