Cómo preparar una excursión
¿Estás con ganas de aventura? Con el buen tiempo y los días de sol se abre la temporada de senderismo y montañismo, pero: ¿dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Con quién? Organizar una excursión de varios días significa plantearse toda una serie de preguntas para viajar con seguridad y disfrutar al máximo del viaje. Afortunadamente, ¡nosotros tenemos todas las respuestas!
Primer paso: fijar un objetivo
La primera pregunta que te tenés que hacer es: ¿qué quiero conseguir con mi excursión? Tu objetivo, y con él la preparación necesaria para alcanzarlo, depende del motivo de la excursión y de la meta deseada. Pero nada es imposible: ¡sólo hay que organizarse! Una misma ruta puede ser abordada de muchas maneras diferentes. Crear un itinerario te va a ayudar a determinar cuántos días vas a estar en excursión y qué equipo, cuánta comida y cuánta agua vas a necesitar. Fijar un objetivo te va permitir estar mejor preparado para la aventura.
¿Cuándo vas a partir?
Una excursión invernal requiere una preparación diferente a la de una excursión veraniega. Al afectar tantos factores, como el equipo y comida necesarios o el ritmo de marcha, la estación siempre es una variable a tener en cuenta a la hora de organizar una excursión.
¿En qué entorno?
Aparte de la estación y el clima del lugar, el entorno también es algo que hay que tener en cuenta a la hora de planificar. Ya sea a nivel del mar, en medio de un desierto o en lo alto de las montañas, cada entorno es único y tiene su propio clima y características.
- En el desierto, por ejemplo, la amplitud térmica entre el día y la noche puede ser muy alta.
- En las montañas, un día soleado puede convertirse en una tormenta en cuestión de minutos.
Además del tiempo, el clima de la zona geográfica también es importante. La temperatura, las horas de sol, la humedad, la exposición al viento y la flora y fauna locales son factores que hay que analizar. Un lago paradisíaco durante el día puede convertirse en una guarida de mosquitos hambrientos cuando se pone el sol.
¿Cuánto va a durar?
¿Partís por un fin de semana, unos días o unas semanas? Es importante establecer desde el principio la duración de la excursión, que va a depender de la ruta en general y de sus características específicas (distancia, ascenso y descenso, terreno) así como del ritmo de marcha. Es bueno prever un mínimo de tiempo adicional para posibles variaciones meteorológicas, momentos de cansancio o incomodidad, o incluso simplemente para tomarse un descanso en un lugar impresionante que se encuentre por el camino.
¿Cómo es la ruta?
La distancia total y el desnivel positivo son datos importantes a la hora de planificar una excursión, por lo que conviene analizar la ruta en detalle. Conocer bien el perfil de la ruta permite organizar la caminata estratégicamente, día a día. Es esencial identificar los posibles obstáculos a encontrar a lo largo de la ruta, porque habrá días en los que vas a poder cubrir mayores distancias y otros en los que vas a tener que afrontar muchas partes cuesta arriba. El terreno también marca la diferencia, porque el hecho de que un camino sea más o menos empinado o esté más o menos expuesto va a afectar tu ritmo. Por último, el acceso al agua (arroyos y fuentes) y las opciones de alojamiento (campings, refugios de montaña o alojamientos temporales) también deben investigarse y planificarse de antemano.
¿Qué tipo de excursión vas a hacer?
La decisión de pasar la noche en un refugio o cabaña de montaña, en un alojamiento o en una carpa va a tener una gran repercusión en tus planes. La comida, el equipamiento de camping e incluso los productos de higiene personal que vas a llevar dependerán en gran medida del tipo de alojamiento. ¿Vas a necesitar una carpa? ¿Un anafe? ¿Algo para desayunar, comer y cenar, o sólo un simple snack? Como ves, el volumen de tu mochila puede incluso triplicarse en función del lugar que elegís para dormir durante la excursión.
¿Quién te va a acompañar?
Por último, para planificar mejor la excursión, es importante tener en cuenta quién te va a acompañar. Tendrás que evaluar el estado físico y los objetivos de tus compañeros de aventura (incluso aquellos de cuatro patas) y elegir una ruta de longitud y dificultad adecuadas. Además, vas a tener que organizar el alojamiento y la distribución de la comida y el equipo común a todo el grupo. Si va a haber niños, tendrás que tener en cuenta sus necesidades dietéticas, sus límites de resistencia y seguramente vas a tener que cargar su equipo.
Segundo paso: preparar la mochila
Una vez fijadas las fechas y el itinerario de la excursión, es hora de empezar a pensar en el equipo, la ropa y la comida que vamos a llevar. Pero no esperes al último momento para preparar la mochila. Planificar con tiempo te va a ayudar a entender mejor qué cosas querés llevar y qué cosas necesitás llevar. Se trata de encontrar un equilibrio entre peso y funcionalidad. Tanto el contenido de la mochila como la propia mochila deben elegirse con cuidado. Al fin y al cabo, durante el viaje tu mochila será tu compañera, tu casa y tu despensa, todo en uno, así que elegir el modelo adecuado marcará definitivamente la diferencia. Asegurate de que tu mochila esté a la altura de las circunstancias, de que se ajuste a tus planes y de que sea práctica y cómoda de llevar.
Lo esencial
Independientemente del destino y de la duración de la excursión, siempre debés llevar estos artículos en la mochila para protegerte frente a cualquier eventualidad:
- Linterna.
- Kit de primeros auxilios.
- Manta aislante.
- Silbato.
- Encendedor.
- Cuchillo.
- Instrumentos de navegación (mapa, brújula, apps de navegación).
- Protección solar (protector solar, gorra o sombrero, anteojos de sol).
- Cuerda (o un hilo fino para reparaciones).
- Celular y cargador portátil.
Si viajás afuera del país, buscá y guardá números de teléfono a los que llamar en caso de emergencia. Guardá también los números de las personas de contacto en caso de accidente y anotá toda la información importante sobre alergias, medicamentos y otros datos relacionados con la salud. Llevá siempre tu documento de identidad y, si es posible, también algo de dinero en efectivo.
Ropa
La ropa que hay que llevar depende de la duración de la excursión, la estación del año y el entorno. En general, recomendamos prendas técnicas cómodas, incluidas algunas prendas de abrigo e impermeables para protegerse de los elementos. Si adoptás un sistema de capas, podrás adaptarte a distintas situaciones.
- Una capa base ligera y transpirable para evacuar la humedad.
- Una capa intermedia cálida (como un polar o una campera) para aislar térmicamente el cuerpo del frío.
- Una capa exterior impermeable (por ejemplo, Gore-Tex) para protegerte de la lluvia y la nieve.
- Pantalones de senderismo, en nuestra Tienda Online podrás encontrar opciones para hombre y para mujer.
- Ropa interior técnica.
- Medias, en nuestra Tienda Online podrás encontrar opciones para hombre y para mujer.
Para una excursión de cinco días, intentá llevar al menos dos capas de base (remera y pantalón). Tener un conjunto seco de repuesto puede ser de gran ayuda en muchas ocasiones.
Aquí podrás encontrar toda nuestra ropa para senderismo y montañismo.
Accesorios
Para disfrutar de la máxima comodidad y seguridad, acá te mostramos algunos accesorios esenciales que podés llevar en tu mochila:
- Botas de trekking.
- Guantes.
- Gorra o sombrero.
- Anteojos de sol.
- Bastones de trekking.
Aquí podrás encontrar todos nuestros accesorios de senderismo y montañismo.
Equipamiento de camping
Si tenés planeado acampar, acá te indicamos el equipo que vas a necesitar:
- Carpa.
- Colchoneta o colchón aislante de camping.
- Bolsa de dormir.
- Calzado de camping.
- Anafe.
- Cubiertos y vajillas: bowl, taza, cuchara, tenedor, cuchillo...
- Productos de higiene personal: jabón, toalla, cepillo y pasta de dientes, papel higiénico, spray antimosquitos...
Elegí equipos ligeros y comprimibles para ahorrar espacio y peso. Recordá que todo es cuestión de equilibrio entre peso y comodidad. Si viajás en grupo, planificá tu equipo junto con los demás para evitar que varias personas lleven las mismas cosas.
Si preferís dormir en un refugio o cabaña de montaña, informate bien de lo que está incluido y de lo que vas a tener que llevar. Los refugios y cabañas de montaña tienen disponibilidad limitada, así que asegurate de reservar con anticipación si querés evitar dormir en el piso del comedor. Y, si cambiás de planes, no te olvides de cancelar la reserva para que los cuidadores puedan ajustar la cantidad de comida a pedir. Entregar productos perecederos en la montaña no es para nada fácil.
Alimentación e hidratación
La comida y el agua son indispensables, así que calculá con precisión tus necesidades diarias para asegurarte de satisfacerlas adecuadamente. Nunca subestimes la importancia de una correcta alimentación e hidratación, lo mejor es no dejar nada al azar y tener todo ya planificado en detalle.
Identificá los puntos en los que puedas reponer agua y ajustá tu itinerario en consecuencia, previendo tus necesidades de hidratación en las distintas etapas de la ruta. Evaluá la dificultad de la ruta, el clima, la altitud y el tiempo para determinar cuánta agua vas a ser necesaria.
Si hacés senderismo de forma independiente, tenés que planificar todas tus comidas. Los alimentos ricos en calorías deben tener prioridad, ya que ayudan a reponer las calorías quemadas sin provocar un exceso de peso. Las comidas liofilizadas son una solución ideal, ya que son ligeras, compactas, fáciles de preparar (basta con añadir agua caliente) y aportan todos los nutrientes necesarios. En viajes de varios días, también son una forma estupenda de disponer de una variedad de opciones diferentes. Los alimentos liofilizados suelen ser un poco caros, pero se puede ahorrar dinero deshidratándolos en casa.
En general, lo ideal es buscar alimentos ricos en almidón (como el arroz, la pasta, los cereales... excelentes combustibles durante esfuerzos prolongados), legumbres (lentejas, garbanzos, arvejas...) y frutos secos (nueces, almendras, avellanas...). La fruta deshidratada también es una buena forma de aumentar los niveles de energía y, al mismo tiempo, deleitar el paladar. Procurá no abusar de las cantidades y limitá el consumo de grasas, cuya digestión requiere grandes cantidades de energía.
Nuestros consejos:
- Mantené los snacks siempre a mano (por ejemplo, en los bolsillos externos de la mochila).
- Llevá saquitos de té.
- Llevá algunas especias (sal, pimienta, canela...) en pequeños contenedores.
- Llevá algún pequeño manjar, algo que te guste mucho: ¡seguramente va a levantar la moral!
- Variá el menú, la comida tiene que ser un placer y no una tortura.
- No te olvides de tener en cuenta los suplementos y los ingredientes en polvo, como la espirulina y la proteína.
Si tu excursión incluye una parada en un refugio de montaña, informate de los servicios que ofrecen para asegurarte de que se pueda comer o reponer víveres ahí mismo.
Tercer paso: hacer la mochila
Ahora que ya tenés tu itinerario y todo el equipo necesario, sólo te queda meterlo en la mochila. La elección de la mochila es realmente importante, sobre todo si tenés pensado estar en excursión durante varios días, porque será como llevar la casa a cuestas durante todo el viaje. La mochila debe poder contener todo lo necesario y, al mismo tiempo, ser lo más cómoda posible. Para ello vas a tener que ajustarla correctamente y distribuir la carga de manera uniforme en su interior.
Último paso: ¡disfrutá!
Ya está, ¡por fin todo está listo para la aventura! No te olvides de ser prudente y ¡sonreír! Antes de irte, repasá estos últimos puntos:
- Asegurate de tener todo lo necesario.
- Compartí tu itinerario con amigos y familiares, en caso de accidentes.
- Anotá todos los números de teléfono y direcciones que puedas necesitar.
- Controlá la batería y los cargadores de todos los dispositivos electrónicos que vas a llevar.
- Volvé a consultar el pronostico del clima.
- Preguntá a los lugareños para obtener información de última hora.
El senderismo aporta muchos beneficios físicos y mentales, y pasar tiempo en los senderos es una forma estupenda de escapar de la rutina diaria y volver a conectar con la naturaleza y los seres queridos. Frená a observar y disfrutar de los aromas y de las sensaciones de la naturaleza. Avanzá a tu ritmo y en armonía con tu entorno. Y, por último, ¡disfrutá de una aventura segura y memorable!